Katherina Goregliad Psicóloga – Terapeuta

Viktor Frankl decía: “Lo que hace de la vida algo insustituible e irremplazable, algo único, algo que solo se vive una vez, depende del hombre mismo, depende de quién lo haga y de cómo lo haga, no de lo que haga”. A partir de esta frase, queremos reflexionar sobre nuestro Proyecto de Vida: dónde estamos (principio de realidad) y hacia dónde vamos; qué objetivos queremos alcanzar y qué haremos para lograrlos.

No hay nada imposible, pero tampoco nos caerá del cielo. Todo lo que te propongas podrás alcanzar con trabajo y esfuerzo. Eres el arquitecto de tu vida. Nadie más que tú diriges tu destino. Por eso, es importante que visualices hasta dónde quieres llegar. Quién quieres ser y con quién quieres estar cuando llegues a la cima.

Debemos tener en cuenta que nuestras metas siempre serán distintas a la de otros. Lo que para otros puede llamarse éxito para ti no necesariamente. Y aquí quiero precisar que esta palabra (éxito) es relativa; yo prefiero hablar de felicidad como resultado de haber conseguido lo que me he propuesto hacer. Por ejemplo, para algunas personas el éxito se basa en la acumulación de riquezas, para otros será lograr el autoconocimiento y la contemplación de su propio ser, es decir, lograr entender quién soy y cuál es el camino que debo seguir sea cual fuera.  Por ende, a nuestro entender, todo proyecto de vida debería lograr nuestro bienestar sea el que hayamos determinado.

Por ello, quiero darte algunos Tips sobre qué entender y cómo construir el Proyecto de Vida:

  1. Conócete a ti mismo. Descúbrete. Conoce tus fortalezas y tus límites. Potencia tus habilidades innatas y capacítate en otras que requieras para alcanzar tus objetivos. Por ejemplo, si deseas ser un gran Conferencista, pero te cuesta hablar en público, practica la Oratoria y el control de ansiedad.
  2. Siempre busca ser libre: El lograr autonomía e independencia como individuo es lo primordial. Que nada te genere apegos porque estos, finalmente, crearán culpa.
  3. Construye tu propio estilo de vida: No importa la filosofía de vida que apliques para con tus semejantes, lo importante es ser auténtico. Si no crees en Dios pues dilo y sostenlo, así como si crees, pero actúa en base, siempre, a esa filosofía que tú mismo profesas.
  4. Dale jerarquías a tus necesidades: esto permitirá dar prioridades a acciones que permitirán alcanzar tus objetivos. Por ejemplo, con el dinero que gane podré estudiar y no compraré más ropa de la que tengo.
  5. Aplica la disciplina en tu vida y la constancia. Ten un método para hacer las cosas y sé ordenado cuando lo apliques. Persevera y no declines en el primer traspié. La vida no es un camino llano, sino tortuoso y lleno de baches.
  6. Logra equilibrio entre lo familiar y laboral. Primero es la familia; esta es la que siempre estará en los buenos y en los malos momentos. Dales el tiempo que merecen. Cuando te sientes a la mesa a cenar con tu familia fíjate en ellos y no en los mensajes que pueden estar llegando del trabajo.
  7. Gana dinero para vivir, no vivas para el dinero. El dinero trae satisfacciones, pero también te vuelve su esclavo. Que sea útil para lograr cubrir tus necesidades: comida, vestimenta, salud, educación, recreación, etc. Busca un estándar de vida que te permita ser feliz.
  8. Si sientes que no lograrás los objetivos, puede redirigirlos. Por ejemplo, estudiabas en la Universidad particular A, pero ya no puedes pagar más la pensión; ¿dejo la carrera profesional? No. Bajo el Principio de realidad analiza tus posibilidades sin perder el objetivo trazado, que es el de ser profesional. Puedes cambiar de lugar de estudios por otra privada de menor costo u optar por una pública. Lo importante es ser el profesional que deseas.
  9. Mantén siempre el espíritu de superación: que nadie te quite tus sueños. La vida está llena de grietas, pero siempre da oportunidades. No te desanimes. Vas a caer, pero tienes la capacidad de levantarte y volver a empezar. Visualízate en cómo te verás cuando logres tus objetivos y saborea la sensación de la felicidad.

 

La palabra suerte es una falacia; no es real. Nada en la vida es casualidad, sino causalidad. Tú lo originas y así se dará. Proyecta qué quieres ser y a dónde llegarás. Con mente positiva y esfuerzo lo harás.